Crecer con pasión

La pasión es algo tan bonito y que admiro tanto… Ese deseo de hacer o de conseguir algo tan alocadamente increíble te reconozco que no puedo dejar de admirarlo.

A veces, cuando pongo la televisión, escucho la radio, algún podcast o leo en alguna revista a personas que siente pasión por lo que hacen te he de reconocer que me embarga la emoción al percibir esa alegría que desprenden.

Puede ser duro o no lo que hagan, eso no importa. Lo importante es como lo siente, con que fervor, cuantas horas pueden llegar a dedicar sin que se estén dando cuenta de que el tiempo pasa, cuanto tiempo invertido en algo que los llena, personalmente y/o profesionalmente.

Yo no sé si alguna vez he sentido pasión por algo. Lo que hago me gusta. Me gusta escribir, me gusta escuchar a una persona, hablar con ella, me gusta poner ese granito de arena en la vida de las personas para que tengan una vida mejor, me gusta esa sensación que produce la satisfacción del trabajo bien hecho…

Cuando hablo de pasión no me refiero a hacer algo que te aporte dinero, ni siquiera que sea tu medio de vida. Puedes tener pasión a cocinar (y no vivir siendo un/a cocinero/a), puedes tener pasión por las plantas, por la costura, por arreglar cosas, por hacer cualquier tipo de deporte, por cantar, componer, tocar un instrumento, por escribir, por hacer ganchillo…

Puedes tener pasión por tantas cosas como puedan existir en el mundo.

En muchos momentos de mi vida me he sentido apagado. Vamos, que me sentiría a todo lo contrario de tener pasión.

¿Y sabes que te digo? Que no es bueno sentirse así. Tener la sensación que la vida no tiene sentido no es bueno. Nada bueno.

El camino que tenemos en la vida sabemos cuando empieza. Bueno, lo sabemos porque nos dijeron el día que nacimos, sino no tendríamos ni idea.

Pero…, no sabemos cuando acaba. Y eso de no saber cuando acaba nos provoca incertidumbre, o igual no.

A mi no me preocupa saber cuando acabará. A mi lo que realmente me preocupa es vivir sin pasión.

Si, eso realmente me inquieta mucho. Pienso en hacer mil y una cosas, pero sin todavía encontrar ese hálito de pasión que me provoque la chispa para hacer o vivir las cosas con una intensidad que no me importe ni que pase en el tiempo y ni en el lugar que me rodea.

Esa pasión es la que me pone. Esa es la que quiero encontrar.

Mientras escribo este texto estoy pensando. Me gusta hacer de mis textos una declaración de mi intimidad, de mis pensamientos con el lector.

La mejor forma de conocer a un profesional es conocer sus miedos, sus inquietudes, sus dudas porque eso hará que, automáticamente, conozcas sus fortalezas y que le hace que cada día trabaje más para ser mejor persona y ser mejor profesional.

Como sabrás, o creo que ya lo habrás deducido, soy persona como tu y, como tal, tengo mis días. Y en esos días es donde la pasión debe florecer.

Mira, como te decía, estoy pensando, y pensando, creo que una de las cosas que me apasionan es saber que las personas que contactan conmigo, que trabajan conmigo, que están conmigo, sienten ese placer de sentirse vivos, de conseguir sus objetivos (grandes o pequeños, no importa el tamaño y ni cuanto). Lo importante es conseguir que en cada momento y en cada lugar, sacar una sonrisa a ese bienestar.

Seguiré buscando mi pasión, aquello que me haga perder la noción del tiempo. Tal vez sea el mundo de las plantas, del mimbre, del macramé, de la madera, la escritura, la pintura, la música, las manualidades…

Seguiré buscando y probando. Sé que algún día llegará y, cuando llegué, no me eches la culpa si no te hago mucho caso, es que se me habrá pasado el tiempo haciendo lo que más me gusta y no me habré dado cuenta que estabas ahí.

En verdad miento, siempre tendré un hueco para ti. Como te he dicho, ayudar a encontrar el placer de la gente me gusta mucho. A eso me dedico. A eso me quiero dedicar.

Así que, si tu también quieres encontrar tu pasión y no sabes como, podemos trabajar juntos. Quien sabe, tal vez juntos podamos encontrar la pasión de los dos.

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